La epicondilitis, o ‘codo de tenista’, es una lesión frecuente causada por sobreuso de los músculos del antebrazo. En nuestra clínica de fisioterapia en Madrid, tratamos este dolor con técnicas especializadas, ayudando a reducir la inflamación y recuperar la fuerza sin riesgo de recaídas.
¿Qué es la epicondilitis?
La epicondilitis es una afección dolorosa en la región del codo, comúnmente conocida como «codo de tenista» cuando se presenta en su forma lateral. Esta condición se produce debido a la inflamación de los tendones que conectan los músculos del antebrazo con el epicóndilo, una pequeña protuberancia ósea en la parte externa del codo.
La epicondilitis puede afectar a cualquier persona, independientemente de su actividad deportiva, aunque es más frecuente en quienes realizan movimientos repetitivos o que implican un esfuerzo constante del codo.
Los síntomas de la epicondilitis incluyen dolor y sensibilidad en la parte externa del codo, que puede irradiarse hacia el antebrazo y la muñeca. Este dolor muscular suele intensificarse al realizar actividades que requieren un agarre fuerte o al levantar objetos, lo que puede dificultar tareas cotidianas como abrir un frasco o sostener una taza. Además, la inflamación puede provocar debilidad en la mano, lo que afecta la capacidad para realizar movimientos precisos.
Causas de la epicondilitis
Movimientos repetitivos y sobrecarga muscular
Una de las principales causas de la epicondilitis es la realización de movimientos repetitivos que ponen presión sobre los músculos y tendones del antebrazo. Actividades como escribir en el teclado, jugar al tenis, pintar o incluso el uso prolongado de herramientas manuales pueden provocar una sobrecarga que conduce a la inflamación.
Esta sobrecarga no solo afecta a los atleta, sino que también es un riesgo en entornos laborales donde se exige un esfuerzo físico continuo, lo que puede resultar en una condición crónica si no se presta atención a los síntomas iniciales.
Actividades laborales y deportivas de riesgo
Existen ciertas actividades laborales y deportivas que incrementan significativamente el riesgo de desarrollar epicondilitis. Trabajadores que requieren un uso intensivo de los brazos, como jardinería, carpintería y ciertas formas de manufactura, son especialmente propensas a ocasionar esta afección.
En la fisioterapia deportiva, deportes de raqueta como el tenis y el squash son notorios por aumentar la incidencia de epicondilitis debido a los movimientos de golpeo repetidos, que estresan la musculatura del antebrazo.
Mala técnica y posturas incorrectas
Una técnica inadecuada en la práctica de deportes o ciertos movimientos en el trabajo puede contribuir a la aparición de esta afección. Por ejemplo, una mala técnica al golpear la pelota en el tenis puede aumentar la tensión en los músculos y tendones del codo.
Del mismo modo, mantener posturas incorrectas mientras trabajas en un escritorio puede provocar un estrés adicional en el codo y aumentar el riesgo de lesiones a lo largo del tiempo.
Síntomas del codo de tenista
Dolor y sensibilidad
El síntoma más característico de la epicondilitis es el dolor, que generalmente se localiza en la parte externa del codo. Este dolor puede llevar tiempo en desarrollarse y puede aumentar con la actividad. La sensibilidad al tocar la zona afectada también es común, lo que puede hacer que actividades simples se vuelvan incómodas.
Inicialmente, el dolor puede ser intermitente, pero a medida que la condición avanza, puede volverse constante y más intenso.
Dificultad para realizar movimientos
Las personas con epicondilitis a menudo experimentan dificultad para realizar movimientos cotidianos que involucran el uso del brazo afectado. Esto incluye acciones tan simples como levantar objetos, abrir una puerta o incluso dar la mano.
Esta limitación puede provocar frustración y llevar a evitar la actividad física, lo que empeora aún más la debilidad del antebrazo y el codo.
Rigidez y debilidad en muñeca y antebrazo
Además del dolor, la epicondilitis puede ocasionar rigidez en la articulación del codo y debilidad en la muñeca y el antebrazo. Esta rigidez puede dificultar la realización de actividades que requieren flexibilidad y fuerza, afectando tanto el rendimiento laboral como deportivo.
Los pacientes pueden notar una disminución en la capacidad para agarrar o sostener objetos, lo que puede ser alarmante y afectar la calidad de vida.
Tipos de epicondilitis
Epicondilitis lateral
La epicondilitis lateral, comúnmente conocida como «codo de tenista», se presenta cuando los tendones que se unen a la parte externa del codo están sobrecargados. Esta forma de epicondilitis es la más común y está vinculada a las actividades que requieren un movimiento repetitivo de extensión del codo.
Los deportistas a menudo reportan esta forma de la enfermedad, pero también puede afectar a personas que no practican deportes de raqueta.
Epicondilitis medial
Por otro lado, la epicondilitis medial, a veces llamada «codo de golfista», se presenta en la parte interna del codo. Esta condición es menos común que la lateral, pero puede ser igualmente dolorosa y limitar la funcionalidad del brazo.
Esta afección ocurre cuando hay sobreuso o mucha tensión en los músculos que flexionan la muñeca y los dedos, siendo común en deportistas y trabajadores que requieren movimientos constantes de esas articulaciones.
Tratamiento del codo de tenista
Reposo y modificación de actividades
El primer paso en el tratamiento de la epicondilitis suele ser el reposo. Es esencial evitar las actividades que desencadenaron el dolor para permitir que los tendones se recuperen. Además, la modificación de las actividades diarias y deportivas puede ayudar a prevenir la reiteración de la lesión.
Los pacientes deben considerar trabajar con un fisioterapeuta para recibir orientación sobre cómo ajustar sus ejercicios o la técnica de sus movimientos.
Terapia manual y ejercicios de fortalecimiento
La terapia manual es un componente crítico en el tratamiento de la epicondilitis. Un fisioterapeuta puede ayudar a diseñar un programa de ejercicio terapéutico que fortalezca los músculos del antebrazo y mejoren la flexibilidad sin agravar la lesión.
Los ejercicios de estiramiento y fortalecimiento pueden ayudar a restaurar la funcionalidad y reducir el riesgo de nuevos episodios dolorosos. Las técnicas de masaje también pueden ser beneficiosas para aliviar la tensión en la zona afectada.
Uso de dispositivos de soporte
El uso de dispositivos de soporte, como férulas o muñequeras, puede proporcionar alivio al inmovilizar el codo y reducir la tensión en los tendones. Estas ayudas son particularmente eficaces durante la actividad física o laboral que exacerba los síntomas.
La elección del dispositivo adecuado debe realizarse bajo la guía de un médico para asegurar que se utiliza correctamente y se ajusta a las necesidades del paciente.
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